Cuando nuestro ordenador va lento o presenta errores que pueden ser debidos al software, un primer paso es formatearlo y hacer una instalación limpia del sistema operativo. Afortunadamente con Windows 10 tenemos la posibilidad de hacer esto de una manera muy sencilla sin necesidad de grandes conocimientos.
Lo que debemos tener en cuenta
Antes de nada debemos saber que este procedimiento eliminará todos los programas que tengamos instalados y en cuanto a nuestra carpeta de usuario tendremos la opción de mantenerla o eliminarla. Podemos querer eliminarla si ya tenemos copia de los datos o tenemos intención de vender el equipo. Por lo tanto, una vez completado el procedimiento, tendremos Windows 10 perfectamente instalado y configurado y tendremos que partir de este punto para instalar la aplicaciones que realmente necesitemos. Si tienes aplicaciones comerciales que necesitan de un numero de licencia, asegúrate que dispones de él para cuando tengas que reinstalarlas.
Suele ser un procedimiento que puede durar entre 15 minutos y más de una hora dependiendo de la velocidad de nuestro equipo y la cantidad de actualizaciones que haya que hacer. Si tu ordenador es portátil es aconsejable que le conectes el cargador y una conexión de cable a la red, en lugar de WiFi (aunque sea temporal para esta tarea) también sería recomendable.
Al turrón
Haz click en Inicio y luego en Configuración (también puedes presionar la tecla de Windows + I para abrir el panel de Configuración.) Luego haz click en Actualización y seguridad -> Recuperación -> Restablecer este PC -> Comenzar.
Una vez pulsado este botón aparecerá una ventana con dos opciones: «Mantener mis archivos» o «Quitar todo». La primera nos da la oportunidad de restaurar Windows 10 pero manteniendo todos los archivos contenidos en nuestra carpeta de usuario (documentos, imágenes, música, etc.). Quitará las aplicaciones y drivers de dispositivos instalados. La segunda efectuará la misma acción pero además eliminará también los usuarios de Windows incluidos todos sus archivos. Esta segunda sería la más recomendable si tienes una copia de seguridad de tus archivos importantes. Ninguna de las opciones tocará otra partición del disco que no sea en la que está instalado Windows 10 (habitualmente la C:) por lo que podemos aprovechar las otras particiones para hacer una copia temporal de nuestros datos, si lo queremos hacer de forma manual.
Al pulsar cualquiera de estas opciones ya no hay vuelta atrás y se iniciará el proceso automático de restauración. Sólo resta esperar y una vez reinicie el equipo aparecerá el asistente de configuración inicial de Windows cómo si acabáramos de instalarlo desde cero. Un detalle de agradecer es que en el escritorio tendremos un archvo html con el listado de las aplicaciones que se han eliminado y que podremos consultar para volver a instalar las que necesitemos.
Para los casos más graves
En ocasiones el sistema está tan corrupto que incluso no es posible llegar al escritorio para poder efectuar el reestablecimiento. En estos casos podemos tratar de arrancar en «modo seguro» o hacer el reestablecimiento desde las herramientas que nos proporciona Windows:
Una vez aparezca la pantalla de reparación seleccionamos «Solucionar problemas»:
Y desde la pantalla Solucionar problemas, elegimos Restablecer este equipo:
Con lo que ya nos aparecerán las dos opciones de Mantener archivos o Quitar todo cómo se ha explicado antes.