Habitualmente acudimos a las tiendas de informática cuando se nos avería el ordenador, pero estas normalmente externalizan las reparaciones complicadas a servicios técnicos especialistas en electrónica, lo que inevitablemente incrementa el precio final de la reparación. Es como si llevásemos el coche a reparar al concesionario en lugar de ir directamente al taller. El comercial no tendrá problema en recogerlo dada la comisión que se va a llevar. En mi laboratorio recibo en ocasiones equipos con intentos de reparación por supuestos “técnicos” (con una amplia formación basada en vídeos de YouTube) y desgraciadamente la mayoría de las veces su estado es peor que la avería original.

Los puntos limpios están llenos de “intentos” de reparación.

Otro escenario suele ser el de los servicios técnicos oficiales: Cuando se produce una avería, la única solución que dan es el cambio de placa base. Estos S.A.T. oficiales no suelen contar con técnicos cualificados ni medios para reparar una placa. Su negocio no es la reparación sino la venta y sustituyendo la placa (a un precio muy elevado) se curan en salud. Normalmente al recibir el presupuesto optamos por tirar a la basura un equipo que podría tener una nueva vida.